domingo, 8 de junio de 2014

SEGESTA

CUARTO DÍA

Temprano dejamos Palermo pues el día era apretado. Tomamos la autopista que va al aeropuerto, y después dirección Calatafimi, hacia nuestra primera parada de ese día, Segesta. En poco más de una hora estábamos allí pues la autopista está muy bien y, como era un lunes, había muy poco tráfico. precioso paisaje, todo el campo lleno de flores y muy verde.

Llegamos de los primeros al yacimiento en el que hay que ver el templo y el teatro griegos. El teatro está en lo alto del monte Barbaro, con una subida considerable, unos 2 km. pero, para los vaguetes, hay un minibús que por 3 euros te ahorra ese trabajo. Los tickets para el minibús se compran en el bar que hay al lado de las taquillas.

Segesta fue fundada en el siglo XII antes de Cristo y llego a ser el centro político de un pueblo, los élimos, uno de los tres pobladores indígenas de Sicilia. Sufrieron la helenización y alacanzaron un alto grado de desarrollo siempre en conflicto con Selinunte.
Fue primero aliada de Cartago y después de Siracusa, siendo finalmente destruida por los cartagineses  en el 306 antes de Cristo.

Subimos primero al teatro que se construyó en la segunda mitad del siglo III antes de Cristo. tiene una cávea de 63 metros que está orientada al norte, al contrario de la mayoría de los teatros griegos. El motivo es obvio, la vista espectacular del valle y el mar al fondo.


En los alrededores del teatro se conservan restos de un castillo normando, de una mezquita y de una iglesia del siglo XV.




En la zona de abajo se puede ver el templo dórico que, a pesar de su grandiosidad y perfecto estado de conservación, está inacabado. Se supone que las guerras con Selinunte ocasionaron una etapa de crisis económica que dio lugar al parón en su construcción. Tiene 36 columnas rematadas por un arquitrabe liso y un friso dórico con metopas y triglifos, con unas medidas de 61 metros de largo por 26 de ancho.
















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