EL VUELO
Tuvimos un mal vuelo de ida pues era un día de viento muy fuerte, las famosas turbulencias, y había bancos de nubes. Consecuencia, el avión parecía una coctelera y algunos pasajeros, entre ellos la que os cuenta esto, pálidos como la cera y con el corazón en un puño. El peor vuelo de mi vida y hemos hecho muchos y no todos buenos.
Estuvimos alojados en el hotel Condesa de la Bahía, en Playa de Alcudia algo alejado del pueblo, pero con unas instalaciones bastante al día y buenas vistas bien a la playa o a la sierra de la Tramontana. Es un hotel enorme, de 5 plantas que no da la sensación de tener 500 habitaciones. Esta es la vista desde la habitación, con el inicio de la Tramontana al fondo.
La comida se deja comer aunque no pasará a la historia de la gastronomía. Está pegado a la playa, muy bien para quien vaya a disfrutar sólo del sol mallorquín. Muy cerca está la Albufera que es una reserva natural de aves para observarlas y dar paseítos por los senderos.
http://www.alcudiamallorca.com/es/de_visita/rutas-culturales/parque-natural-de-s-albufera.html.
La foto que veis a continuación es la playa a la que da el hotel.
Tuvimos un mal vuelo de ida pues era un día de viento muy fuerte, las famosas turbulencias, y había bancos de nubes. Consecuencia, el avión parecía una coctelera y algunos pasajeros, entre ellos la que os cuenta esto, pálidos como la cera y con el corazón en un puño. El peor vuelo de mi vida y hemos hecho muchos y no todos buenos.
EL HOTEL
Estuvimos alojados en el hotel Condesa de la Bahía, en Playa de Alcudia algo alejado del pueblo, pero con unas instalaciones bastante al día y buenas vistas bien a la playa o a la sierra de la Tramontana. Es un hotel enorme, de 5 plantas que no da la sensación de tener 500 habitaciones. Esta es la vista desde la habitación, con el inicio de la Tramontana al fondo.
La comida se deja comer aunque no pasará a la historia de la gastronomía. Está pegado a la playa, muy bien para quien vaya a disfrutar sólo del sol mallorquín. Muy cerca está la Albufera que es una reserva natural de aves para observarlas y dar paseítos por los senderos.
http://www.alcudiamallorca.com/es/de_visita/rutas-culturales/parque-natural-de-s-albufera.html.
La foto que veis a continuación es la playa a la que da el hotel.
Playa de Alcudia |
TRANSPORTE
Desplazarse
por la isla en transporte público en marzo es muy complicado pues es temporada
baja y funciona muy mal, no sabemos cómo
será el resto del año. Por tanto,
decidimos alquilar un coche que nos salió muy bien de precio, 6 días con seguro
a todo riesgo por 124 €. Además nos dieron un deportivo descapotable, que sería
un placer para muchos aunque para nosotros no tanto. Las carreteras están bien,
aunque hay que tener en cuenta que la zona de la Tramontana son carreteras de
montaña que con buen firme pero tienen miles de curvas y un añadido, miles de
ciclistas centroeuropeos que las invaden solos o en pelotón y que en cada curva
te vas encontrando. Desde Alcudia a Palma hay una autovía pero no en todo el
recorrido. El resto, carreteras secundarias que están bien.
ALCUDIA
Es
un pueblo medieval amurallado que merece la pena conocer, está y muy, muy bien
cuidado: plazas recoletas, calles estrechas, casas de piedra, la iglesia, ruinas
romanas,… Y no se debe dejar de verlo por la noche, la iluminación hace
retroceder a tiempos pasados. El Puerto es agradable verlo al atardecer con el
sol que se esconde detrás de las palmeras.
Otro
pueblo que no hay que perderse. Algunos edificios modernistas, unas placitas
muy agradables,… pero lo más
espectacular es la gran escalinata conocida como el Calvari que, efectivamente, es un calvario subir pero merece la
pena por las vistas del mar que hay desde arriba y por las casas que se van
viendo al subir.
En
Pollença comimos en un sitio que recomendamos: el restaurante del hotel Cal’Lloro en un
lateral de la plaza principal del pueblo. Tenía una terracita pero el día no
acompañaba, en un día más templado habría estado muy bien. Comimos en el
interior, muy acogedor, bien decorado y un menú, creo que fueron unos 15 € por
persona; una crema de verduras, un arroz estupendo y un postre. Ah, y un
camarero, o el dueño, muy atento.
CABO
FORMENTOR
A
pocos kilómetros de Alcudia está el puerto de Pollença que resulta agradable, sin más,
para un paseíto pero que es el camino de paso para ir al Cabo Formentor, una
carretera sinuosa, con muchos ciclistas pero con buenas vistas.
En el punto más
alto nos encontramos unos miradores, el de sa Creueta a la izquierda según se sube y la Atalaya del Albercuix siguiendo una
carreterita que sale a la derecha. Nosotros optamos por aparcar el coche en un pequeño
ensanche en el que hay una placa-homenaje que recuerda a los presos republicanos que, entre 1937 y 1940, construyeron la
carretera de subida a la atalaya.
Nos acercarnos al mirador que sí que ofrece unas vistas
espectaculares del Mediterráneo con la bahía de Pollença y el islote El Colomer. La buena suerte del día fue que
la luz era preciosa, Mediterráneo en estado puro, y los azules intensos tanto del mar como del cielo. La mala suerte,
que soplaba una tramontana tan fuerte que hacía que moverse
resultara muy difícil. Parece ser que habrá merecido la pena bajar hasta la
punta del Cabo donde está el hotel Formentor y unas calas de aguas cristalinas
pero la tramontana y la cantidad de ciclistas que había por la carretera nos
echó para atrás y retrocedimos para bajar de nuevo hacia Cala San Vicenç.
CALA
SAN VICENÇ
Una
cala para perderse en ella y disfrutar del mar y de la luz tomando una
cervecita en una de las terrazas que la rodean. Aviso para viajeros: los dueños de las terrazas saben que están en un sitio cautivador y se aprovechan dándote unos clavos épicos, pero …
LLUC
Hasta
aquí la carretera tiene curvas pero se hace cómoda si obviamos a los miles de
ciclistas que la invaden. Al llegar al monasterio, un lugar especial, rodeado de bosques y montañas, el cielo se empezó a poner
negro, negro y no nos dio tiempo para llegar a la entrada del mismo.
El museo es interesante por algunos restos arqueológicos encontrados en distintas zonas de Mallorca, otros de artesanía tradicional y la colección de pintura Coll Bardolet.
La iglesia, una construcción del siglo XVII que alberga la imagen de la "Moreneta" talla del siglo XIII, fue donde tuvimos ocasión de escuchar a la Escolanía del monasterio.